04 diciembre 2006

otra idea... i kozoz

Tratado Nacional de las Aguas #7...

Es el nombre propuesto para una organización ke komo el colaborador "Completamente Furioso" ha mencionado, es de tinte oculto y dudoso hasta para sus futuros miembros.
Como sea, las discusiones, que son un punto fundamental de las actividades de esta entidad, el flujo de ideas que se efectue debe partir de precisamente ideas que desarrollen los que sobre ellas desarrollarán opiniones de cualquier tipo.

En este sentido, se han publicado ya posts como "Fox y la Antimateria"... de la única persona que hasta ahora había posteado algo.

Ante la situación actual, que incluye situaciones como el posible desmembramiento físico de un miembro del tratado antes de siquiera fundarse formalmente komo un coso, y para iniciar mi participación en el vlog, pozteo un travajo originalmente kontextualizado en el kurzo de filozofía e hiztoria de la viología...

May the power of the fork be with you-

D.M. Owstonii....aunke diga otro nomvre en algún otro lugar

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Sobre la justificación de la explotación del medio y la humanidad basada en malinterpretaciones filosóficas derivadas del estudio ambiental.

Los revisionistas se hundían tras de ellos en el pantano del envilecimiento filosófico de la ciencia, sustituyendo la “sutil” (revolucionaria) dialéctica por la “simple (y pacífica) evolución”.

V.I. Lenin.

A decir verdad, el tema que me ocupa en este ensayo es una inquietud presente en mí por convicción, un elemento a cuestionar cuya presencia pude percibir más cercanamente gracias a situaciones nada deseables que me acaecieron hace unos pocos meses.

Esta situación, en la que mi padre fue internado por un dolor de cabeza y mareo intenso y aparentemente crónico, de causas desconocidas, dio lugar a una interlocución real de ideas bastante opuestas entre un tío mío y yo. Siendo ambos totalmente francos, ya que la situación no se prestaba para bromear, pude darme cuenta de primera mano de puntos de vista que se comprenden por un proceso de interpretación poco cuidadosa y un análisis anacrónico de los conceptos filosóficos aplicables a la naturaleza desprendidos del estudio a conciencia de la misma. Este tipo de conceptos, cuyo traslado al ámbito social debe ser cuidadoso si es que puede llevarse a cabo, generalmente no cuenta con esta compatibilidad, pues los entramados sociales al contar con unidades dotadas de plena conciencia como son los individuos, eliminan o modifican elementos de la causalidad natural, de los procesos que en los estudios biológicos involucran al azar [Aristóteles, Darwin], pues la conciencia trae con ella cierta intencionalidad que en los conceptos como la variación con selección natural no existen, siendo por tanto, incompatibles para respaldar comportamientos sociales y sistemas económicos antrópicos, por la misma naturaleza del ser humano, que, desafortunadamente para los defensores de un capitalismo imperialista sanguinario, incluye la existencia de la conciencia, que al constituirse filosóficamente en seres sociales, provoca irremediablemente la preocupación por el estado de los demás individuos y no solo el bienestar propio. Esta es una conducta no solo presente en los organismos racionales, sino también en otros sistemas sociales como los de los póngidos o grandes monos. La diferencia entre estos y la racionalización que lleva a cabo el ser humano es sin embargo aún profunda, llevando en el Homo sapiens sapiens a indignarse ante situaciones que denigren a los de su misma especie, pudiendo entonces responder al cuestionamiento de ¿por qué no se puede justificar la explotación del hombre por el hombre por medio de leyes como la selección natural? con un contundente: - ¡Porque es brutal!-.

Hasta aquí podría considerarse como un resumen de lo que trata este texto; en efecto, quien escribe sostiene la misma opinión expresada como exclamación en las líneas precedentes, y por lo tanto decidió aportar por este medio elementos para reforzar esta hipótesis-posición filosófica, la expresión de que la interpretación de las leyes naturales debe llevarse a cabo con cierta cautela, y que la naturaleza histórica de los procesos sociales contribuye a que estas puedan ser interpretadas de maneras muy distintas de cómo fueron concebidas por primera vez con otro contexto y aplicación (una especie de teléfono descompuesto social) trayendo como consecuencia la aparición de doctrinas extremas bastante irreales para la realidad social humana en el momento y en general [como el fascismo y nazismo], y como efecto colateral, bases de pensamiento filosófico que sustentan sistemas económicos nocivos para el medio natural, del que originalmente se obtuvo la idea medular que por esta especie de teléfono descompuesto social y aún intraindividual dada la particularidad de los procesos mentales de cada persona, puede llegar a ser no tan colateral, sino producto directo de este procesamiento social de los paradigmas científicos, una justificación del accionar que atenta contra el mismo ambiente.

El proceso que da lugar a estos fenómenos lo explico como sigue:

La ciencia se retroalimenta con la sociedad; el estudio de esta última aporta elementos familiares a los científicos para que estos desarrollen sus teorías, incorporando a estas por medio, muchas veces, de analogías[1] los conceptos que la vida en sociedad y el estudio de esta estructura (la sociedad) les brinda. Posteriormente, los preceptos científicos naturales que surgen de la integración del estudio original con los conceptos previos de quienes realizan este estudio, incluyendo no solo los conceptos científicos por ellos aprendidos, sino toda su estructura mental y su imaginario cultural, integrando así la racionalización con la sensibilidad ante el medio, pueden convertirse en paradigmas no solo de su campo de investigación científica, sino también para la manera de ver el mundo de toda la sociedad sobre la que esta idea tiene capacidad de influencia.

Es relativamente fácil que este tipo de situaciones derive en una influencia tal en la estructura mental de las personas que estas fundamentalizan el paradigma, quitándole las barreras de campo de acción que lo retenían solo en el campo científico que le dio origen, provocando entonces que el mismo conjunto de personas (puede ser un país, un pueblo, etc.) tienda a aplicar los principios en un inicio exclusivamente naturales a toda la serie de actividades que realiza durante su vida inconsciente y conscientemente, aunque no en todas las situaciones. En realidad, esta aplicación es más bien abstracta, una especie de incorporación al tejido de conceptos y preceptos filosóficos sobre los cuales un individuo tiene sus parametros de vida, regulando el accionar consciente de los individuos, de cada Yo respecto al mundo.

Un ejemplo que considero claro de este tipo de interacción es el siguiente: Darwin y Wallace utilizaron los principios de Malthus para formular sus teorías, como evidencian frases como: “(…) la adquisición del abastecimiento de alimento saludable es casi la única condición para garantizar el rápido incremento de una especie dada (…)”[2] basándose en la suposición de que el incremento aritmético de la comida en contraste al incremento exponencial de las poblaciones genera una competencia en la que siempre va a sobrevivir el más apto, así:

El número que muere anualmente debe ser inmenso y como la existencia individual de cada animal depende de sí mismo, esos que mueren deben ser los más débiles -los más jóvenes, los ancianos y los enfermos- mientras que esos que prolongan su existencia sólo pueden ser los más perfectos en salud y vigor - esos que son más capaces para obtener comida regularmente y evitan sus numerosos enemigos. Es, como comenzamos remarcando, "una lucha por la existencia", en la cual los más débiles y menos perfectamente organizados deben siempre sucumbir.

Estas afirmaciones enfocadas al análisis del comportamiento natural de los seres vivos a menudo son tomadas como argumentos de justificación del sistema por sectores conservadores de la sociedad.

La obra que considero condensa bastante bien la ideología capitalista y fundamenta cual es la mejor manera de llegar a una industrialización como la actual es Investigaciónes sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, de Adam Smith. En ella existen innegablemente los principios que permiten alcanzar un alto nivel de desarrollo industrializado, mas éste no es sinónimo de bienestar social (lo considero yo un concepto antagónico a este último) como Smith afirma: “La clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo. La división del trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se amplia la extensión de los mercados y por ende la especialización.”[3].

Ante esta exposición debe considerarse lo que el desarrollo es y trae como consecuencia. Bajo el concepto de desarrollo que avalan Adam Smith y los círculos del poder en la actualidad, este tiene como objetivo para las personas el hacerse más rico, acumular capital, siempre tener más aunque no sea necesario, en una visión bastante individualista, como Smith afirma: Gracias a la apelación al egoísmo de los demás se logra el bienestar general(…)”.[4] Pero bueno, el acumular capital involucra meter a un mayor número de personas a tu círculo de dinero, para que el capital fluya, esto, como ya se dijo, incluye tener más población, para al cual se tiene que distribuir menos holgadamente la disponibilidad de bienes, diciéndolo más coloquialmente, hay menos comida si hay más población. Eso ya lo había dicho Malthus, diciendo también que eso origina la competencia natural, la lucha por la existencia en la que se basaron Darwin y Wallace, ya al sostener esto, los capitalistas mismos entran en una contradicción al sostener también que el desarrollo es benéfico, aún cuando incluye aumentos de población, abarcar cada vez más campos y sacar el mayor provecho posible hasta encontrar nuevos ecosistemas y países huéspedes. Si concordamos con lo dicho por los Wachowski en Matrix, la humanidad se comporta como un virus[5]. Dejando de lado esa contradicción pro un momento, también recordamos que la tésis económica de Malthus ya no es completamente válida o aceptada, como probó la URSS y como es lógico pensar después de la revolución industral que permite una producción gigantesca de alimento que no necesariamente genera la competencia entre la humanidad por la existencia. A pesar de esto, uno podría poner en contraposición el hecho de que Rusia y aún más, la URSS era gigantesca, y tenía mucho espacio y condiciones idóneas (dudo un poco de eso) para cultivar y optimizar la producción de los alimentos evitando esta competencia dentro de la sociedad, pero para países como Rwanda o Timor Oriental (Timor-Leste) esta optimizaciónd e la producción (como en la revolución industrial) requiere una devastación brutal de sus recursos naturales, pues son países tan pequeños que se dedican a cultivar en terrazas en las montañas, no porque sea sus usos y costumbres, sino porque ya no hay espacio. En este sentido, debe reconocerse que Malthus no estaba tan mal, pues el crecimiento de la población humana, que sigue siendo exponencial, sobrepasa a los mecanismos naturales de regulación que mantendrían una población en niveles decentes. Entonces llegamos a un punto bastante interesante, lo que el Dr. Albert Bartlett parafrasea de muchas maneras: la gente es el problema. En efecto, aunque ya no tenemos el problema de que haya poca comida porque nosotros crecemos exponencialmente, la producción mecanizada, que aumentó enormemente la eficiencia de la obtención de alimento, creando incluso fenómenos como el dumping por la naturaleza del sistema de distribución de riqueza, a pesar de que el incremento poblacional es cada vez mayor y menos sustentable, y la carrying capacity[6]de la tierra es cada vez menor para nuestra especie. Bartlett dice: “Si cualquier fracción del calentamiento global observado puede ser atribuido a las actividades humanas, entonces esto constituye una prueba positive de que la población humana, viviendo como lo hacemos, ha excedido la capacidad de carga de la tierra”[7]. Otro ejemplo que pone es el de las pesquerías mundiales, comparándolo con un ensayo del biologo Garret Hardin, titulado “La tragedia de los bienes comunes”.

“(…) en él, habla sobre un pueblo que rodea áreas verdes comunes, en los que cada familia puede poner a su ganado a pastar. Una de las familias se da cuenta de que si incrementan sus cabezas de ganado, el beneficio obtenido será solo suyo. Entonces, todas las familias del pueblo incrementaron su cantidad de ganado y las áreas verdes comunes fueron sobrepastadas y destruidas. Los beneficios del crecimiento llegan a algunos, pero sus costos tienen que ser pagados por todos. Las pesquerías mundiales son un ejemplo perfecto de esto. No hay regulación de la pesca fuera del límite de 12 ó 20 mi. náuticas, así que todos pueden ir a pescar con equipos de alta tecnología, que permiten la captura en extremo eficiente de todos los peces. Incluso hay tragedias en las que buques estadounidenses y europeos de alta tecnología pueden ir a la costa de India para tomar grandes cantidades de pescado, quedando así poca pesca para los pobladores nativos que han permanecido con métodos más bien primitivos.” [8]

Es perceptible que el ser humano tiene características ventajosas evolutivamente, que le han permitido medrar en todo el mundo, es también evidente que ha sobrepasado varias condiciones supuestamente límites para una especie; por ejemplo, con base en la adaptación de su medio a condiciones cómodas para la especie estamos ahora prácticamente exentos de la lucha contra el clima, que Darwin menciona: “(…) las épocas periódicas de frío o sequedad extremos parecen ser el más eficaz de todos los obstáculos para el aumento de individuos” [9] ; si bien no es siempre cierto al haber cataclismos devastadores e impredecibles, pero la proporción de la ocurrencia de estos en comparación con el aumento poblacional humano es definitivamente muy baja. Dadas estas circunstancias, podría pensarse que esta adaptación, esta situación de ser la especie más apta podría ser la excusa moral perfecta para depredar devastadoramente el medio. Mas, probablemente debido a una mezcla de conceptos introducidos por ambientalistas con algo del sentido común humano, que comprende en considerable parte el instinto de supervivencia, es evidente que una depredación masiva e incontrolada del medio es perjudicial para nuestra especie, pues se ha alterado el equilibrio ecológico que permite a los componentes de la cadena trófica persistir, y aunque la selección natural impida la proliferación de todas las variaciones, el desequilibrio ecológico provocado por la depredación inconsciente, traducido en lógica pero sorprendente para ciertos sectores falta de recursos y “competitividad económica” es una muestra de el proceso circular que conlleva el exterminio del medio, y desafortunada pero lógicamente recae de manera notable en los países “perdedores” del sistema capitalista. Así, al saber que uno está autoexterminando a su especie por medio de una depredación del ambiente alejada de las regulaciones naturales, se puede caer en la cuenta de que este tipo de comportamiento no es justificable por la selección natural, pues estamos pasando sobre varias de sus fuerzas de restricción, y más que eso, uno puede adquirir la conciencia de que no es algo beneficioso para el mundo ni para el ser humano este comportamiento depredador, o puede simplemente ignorarlo y escudarse en argumentos sin fundamento sólido considerando la capacidad de raciocinio que presenta nuestra especie.

Las opiniones mostradas por los Dres. Bartlett y Hardin y la argumentación que expongo demuestran el serio daño al ambiente que el sistema capitalista con un innegable “culto al crecimiento” puede causar, y sin embargo, hay funcionarios de estado y otras personas que tienen la desfachatez y/o ignorancia para decir: “no tiene sentido, la gente no está drenando los recursos de nuestro planeta” [10].

Y ya que ignorante o cínicamente se continúa con la explotación del medio, algunos de los beneficiados o sedados por el sistema afirman basarse en hechos científicos como prueba de la verdad, y ahí es donde entran conceptos como “la supervivencia del mas apto en la sociedad”, siendo esto completamente discordante con la realidad al ver que miles de personas con grandes capacidades son rechazados por ser de la UNAM o tienen un tope de status socioeconómico impuesto por el mismo sistema, mientras una persona tan inútil como Paris Hilton se pudre en dinero y se pasea comodamente sin tener que hacer ningún esfuerzo, sin merito alguno, o siquiera un viso de evidencia de que posee capacidades superiores. Este tipo de pensamiento me evoca irremediablemente un estereotipo caricaturesco, el de un Bush diciendo: “tengo derecho de chingarme a paises pobres porque soy superior”. Y como lo evidencia el trasfondo de esta frase, las malinterpretaciones conceptuales no se reducen a Darwin y el evolucionismo, pues como muestra, los sionistas y los nazis apoyan sus creencias, más allá de su religión en el caso de los primeros, pretendiendo legitimarlo de la manera acostumbrada actualmente, en la ciencia y conceptos como los genes (alelos) dominantes y recesivos de Mendel, tomando literal y exacerbadamente el término “dominante”, refiriéndose a que los arios son mejores caracteres que los demás, cosa que no tiene siquiera sustento, pues genes como los de ojos claros y del cabello rubio son recesivos, y el que un gen sea dominante o recesivo no implica que sea “mejor” que el otro.

Ultimadamente, podemos decir que la subjetividad de los conceptos una vez científicos, pasados por el filtro de las diversas interpretaciones y formas de comunicación en el entramado social hacen subjetivo también el análisis de las causas de tal y cual característica social, pudiendo ser tachados de alarmistas y alucinados quienes intentan seguir pasos lógicos de las ideas en la maraña de pensamientos distintos expresados; pero así como los biólogos moleculares rastrean las filogenias de los organismos por medio de de la expresión de uno de los genes cuyo contenido de información es resultado de la evolución que hizo divergir al organismo de sus antepasados rastreados, los filósofos e historiadores tanto de la ciencia como de la sociedad podrían (y creo que eso es lo que hacen) ejercitar su facultad de búsqueda de causas dilucidando las relaciones entre las ideas provenidas del estudio natural y la variedad de modos de incorporación al “tejido ético-filosófico” de los grupos sociales que pueden dárseles, siendo capaces así, de encontrar el fundamento filosófico y/o el trasfondo contextual social que ocasiona determinado comportamiento colectivo. Es pues, creo yo, una labor de crossover entre el ambiente y la sociedad la investigación que los filósofos e historiadores de la biología o cualquiera al que le interese proteger integralmente al medio, deben hacer con esta finalidad.

Se percibe bastante complejo el trabajo respecto a esta relación medio – humanidad – medio, en la que el primer guión representa la investigación científica y la percepción que obtienen, procesan y transmiten quienes la realizan al resto de la sociedad, y el segundo guión, el resultado traducido en acción impactante al ambiente producto del imaginario colectivo y los procesos sociales y antropológicos que atraviesa una idea paradigmática, desde su presentación, hasta verse convertida en parte del modo de convivencia y accionar en el entorno de la sociedad que la ha visto desarrollarse. A mi parecer, aunque resulte complicado, el preservar el impactante y cautivador fenómeno de la vida sin alteraciones producidas por nuestra especie es parte del sueño e interés provocativo de todos los biólogos, y el interés por la defensa de la justicia, oponiéndose a la imposición de condiciones injustas basadas en conceptos erróneos o malinterpretados en detrimento de las mayorías, es parte de las obligaciones morales de todo ser humano que presente conciencia social, por lo que, en el fondo de todo, considero la interrelación entre la naturaleza y la sociedad como una delicada simbiosis que debe ser estudiada para mantener, y podría decirse, restablecer, el equilibrio necesario para la proliferación natural de la vida en la tierra.



[1] Como la herencia material para Mendel y los que después serían considerados fundadores de la genética, o el principio Malthusiano para Darwin y Wallace)

[2] Wallace, Alfred R. La tendencia de las variedades a alejarse indefinidamente del tipo original. Journal of The Proceedings of The Linnean Society, Zoology, vol. III, London

Encontrado en © 1999-2001 SEA, Sociedad Entomológica Aragonesa http://entomologia.rediris.es/sea.

[3] Smith, Adam. La riqueza de las naciones. Alianza Editorial, Madrid, 1999.

[4] Íbidem.

[5] The Matrix. Warner brothers, 1999. Dir. Larry & Andy Wachowski.

[6] Según yo la traducción sería “capacidad de carga”

[7] Bartlett, Albert A. The Essential Exponential; For the Future of Our Planet,

University of Nebraska (Lincoln) Center for Math & Science Education, 2004, Pgs. 117-140

[8] Correspondencia personal con A.A. Bartlett.

[9] Darwin, Charles. El origen de las especies. UNAM, México, 1997. pp. 166-167.

[10] ( Dicho por Kemp en 1992 ) A.A. Bartlett, publications with Malthus, pag. 13.

Ez todo x aora....

V. Nochinova

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que la crisis mundial se acerca cada vez más, pues la población está llegando al punto en que se volverá insustentable. Se cree que entre el 2010 y el 2012, la humanidad llegará a los 12 mil millones de habitantes, que es lo que el planeta podría soportar de humanos. Después, quizá habrá una gran hambruna o pase los de Children of Men, y nos pase a lo que las amibas en un baso de agua cuando lo han llenado.
El caso es, que si llegamos al canibalismo, yo pido comerme a los malvados.